Revista Peruana de Investigación en Salud, ISSN: 2616 - 6097 https://doi.org/10.35839/repis.4.3.716
Tungiasis
Tungiasis
Andrei Kochubei-Hurtado1,a,*
1Hospital II EsSalud, Huánuco, Perú
Correspondencia: E-mail:pielyanexos@hotmail.com
Orcid ID: ahttps://orcid.org/0000-0001-6466-3311
Recibido el 17 de abril de 2020
Aceptado para publicación: 12 de junio de 2020
Paciente varón de 5 años, presenta lesión en 1 dedo de pie derecho de 2 semanas de evolución; los padres notan crecimiento y oscurecimiento de la lesión, niegan viajes y salidas al exterior.
Al examen: 1 dedo de pie derecho se aprecia lesión con tendencia circular oscura (Foto 1), a la dermatoscopia se nota lesión circular nacarada con centro sanguinolento (Foto 2). Se programo para remoción de lesión y se obtuvo el cuerpo de un insecto ovoide (Foto 3); concluyendo como diagnostico en Tungiasis.
La tungiasis es una endozoonosis, que en el humano causa una ectoparasitosis transitoria por la penetración en la piel de la hembra grávida de la pulga de la arena, Tunga penetrans (1). La clínica de la enfermedad se desarrolla principalmente en los pies (95%) en las regiones periungueales, interdigitales y planta, donde las lesiones pueden ser únicas o múltiples, pruriginosas, dolorosas o asintomáticas. Después de la penetración de la pulga de la arena se evoluciona a un nódulo blanquecino o nacarado con un punto negro central que corresponde a los segmentos posteriores del abdomen de la pulga de la arena (1).
La evolución natural de la enfermedad propuesta en la clasificación de Fortaleza 2003 es (2):
El diagnóstico generalmente es clínico, sin necesidad del estudio histológico. Se puede complementar con el dermatoscopio donde se aprecia el anillo marrón o nacarado con un poro central (2). El tratamiento es la remoción mecánica de la pulga de la arena (3).
Es importante reconocer adecuadamente la lesión para llegar al diagnóstico correcto aun cuando no haya el antecedente de contacto con los lugares de cría, que pueden ser olvidados o, como en nuestro caso, no puedan ser referidos adecuadamente.
Foto 1 Lesión oscura
Foto 2 Lesión nacarada
Foto 3 Lesión removida
Para la infección crónica pulmonar por E. coli recibe tratamiento antibiótico inhalado supresor con amikacina a dosis de 1 gramo cada 12 horas en un primer ciclo de 28 días con tratamiento y 28 días sin tratamiento. No se ha logrado erradicar a la bacteria del esputo. No se ha encontrado variación en los perfiles de resistencia y sensibilidad en el antibiograma. No ha presentado exacerbaciones que hayan requerido hospitalización. También recibe tratamiento inhalado diario con alfa dornasa 2.5 mg/2.5 mL una vez al día. La medicación inhalada la recibe a través de un nebulizador PARI LC® Plus.
En las pruebas de función pulmonar encontramos un deterioro progresivo de la función pulmonar que actualmente corresponde a una alteración obstructiva muy severa (VEF 34%) con disminución de la Capacidad vital forzada (56%), con deterioro de aproximadamente 20% por año. La Capacidad pulmonar total por pletismografía se encuentra incrementada (156%) a expensas del volumen residual y de la capacidad residual funcional (210%) y con una Difusión de monóxido de carbono moderadamente disminuida (DLCO corregida con hemoglobina de 45%). El paciente utiliza dosis altas de bromuro de ipratropio (MDI 20 ug/puff: dosis 4 puff cada 4 horas) con la intención de reducir la capacidad residual funcional. Otros estudios como la amilasa y lipasa solicitadas estuvieron en rangos normales y en el estudio renal ecográfico se halló microlitiasis sin significación clínica. Actualmente, el paciente se encuentra estable, con tos ocasional, escasa broncorrea, sin hemoptisis, realiza sus actividades diarias, pero manifiesta mayor limitación. Es evaluado cada tres meses en el consultorio externo de neumología, a la fecha no ha presentado exacerbaciones, ni agudizaciones ni ha requerido hospitalización. Tolera muy bien la medicación y no ha reportado ni se han evidenciado reacciones adversas.
Bibliografía
1. Chinchilla-Castañeda K, Domínguez-Millán RA, Domínguez-Zambrano A, Mercadillo-Pérez P. Tungiasis. Dermatología Rev Mex. 2016; 60(1):59-65.
2. Kochubei-Hurtado A. La tungiasis. Dermatología peruana. 2017; 27 (3): 169-175.
3. Girma M, Astatkie A, Asnake S. Prevalence and risk factors of tungiasis among children of Wensho district, southern Ethiopia. BMC Infect Dis. 2018; 18(1):456.
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