ARTÍCULOS ORIGINALES
Revista Peruana de Investigación Valdizana, ISSN-e 1995 - 445X https://doi.org/10.33554/riv.17.4.1947
Filosofía ambiental y el buen vivir en los estudiantes universitarios
Environmental philosophy and good living in university students
Roly Auccatoma-Tinco1,*,a
1Universidad Nacional Autónoma de Huanta, Perú
Corresponding author: E-mail: *rauccatoma@unah.edu.pe
Orcid ID: ahttps://orcid.org/0000-0003-2669-041X
Recibido: 20 de agosto de 2023
Aceptado para publicación: 20 de noviembre de 2023
Publicado: 30 de noviembre de 2023
Resumen
La filosofía ambiental piensa la muerte de la naturaleza y se declara contra la subjetividad antropocéntrica. La filosofía antropocéntrica con su tecno-ciencia racional desacraliza y devasta la naturaleza y al hombre. La filosofía ambiental es la subjetividad eco-céntrica que busca el equilibrio y el cooperativismo entre el hombre y la naturaleza, lucha contra el andrógeno y su efecto machista, la ética y la ciencia deben dignificar la vida; es posible el gran salto de antropocentrismo hacia el eco-centrismo. El buen vivir andino es la convivencia armónica con todos los seres vivos: naturaleza, sociedad y consigo mismo. El objetivo del presente fue determinar la incidencia de la filosofía ambiental para mejorar el buen vivir de los estudiantes universitarios; el enfoque de investigación es cuantitativo, de tipo experimental y el diseño es pre experimental con un solo grupo de pre y pos prueba. La investigación empleó la técnica de escala y el instrumento es el escalamiento de Likert. La muestra fue de 25 universitarios. El resultado se alcanzó, con la prueba t-Student, al valor de -6.030 y un p-valor de 0.000 < 0.05; se concluyó que, la filosofía ambiental influenció significativamente para mejorar el buen vivir en los estudiantes universitarios.
Palabras clave: filosofía ambiental, eurocéntrica, buen vivir, eco-feminismo, ecología social.
Abstract
Environmental philosophy thinks about the death of nature and declares itself against anthropocentric subjectivity. Anthropocentric philosophy with its rational techno-science desacralizes and devastates nature and man. Environmental philosophy is the eco-centric subjectivity that seeks balance and cooperativism between man and nature, fights against androgen and its sexist effect, ethics and science must dignify life; The great leap from anthropocentrism to eco-centrism is possible. The Andean good life is the harmonious coexistence with all living beings: nature, society and with oneself. The objective of this study was to determine the incidence of environmental philosophy to improve the good life of university students; The research approach is quantitative, experimental and the design is pre-experimental with a single pre- and post-test group. The research used the scaling technique and the instrument is Likert scaling. The sample was 25 university students. The result was reached, with the t-Student test, at a value of -6.030 and a p-value of 0.000 < 0.05; It was concluded that environmental philosophy had a significant influence on improving the good life of university students.
Keywords: environmental philosophy, eurocentric, good living, eco-feminism, social ecology.
Introducción
La filosofía ambiental nos alerta sobre la muerte de la naturaleza como producto del hombre con la subjetividad del sistema globalizador o capitalista, esta disciplina devolverá la dignidad y protección a la naturaleza. “El capitalismo no ofrece salvación para los pobres; … Para nosotros el capitalismo no es una utopía, sino un castigo… Existe solo para los capitalistas” (Boff, 2000, p. 99); también, aporta para mejorar la vida armónica de los estudiantes universitarios, ya que es necesario cuidar el medio ambiente, las relaciones humanas deben ser saludables y el amarse a sí mismo y no llegando al narcicismo. La humanidad está en peligro. “El capitalismo solamente funciona en los países que ya son capitalistas e industrializados, pero con un tipo de desarrollo acelerado y destructor de la naturaleza, capaz de producir un holocausto colectivo, si no lo detenemos” (Boff, 2000, p. 100). Asimismo, el filósofo Heidegger auguró la devastación de la tierra por la tecno-ciencia, “en la Tierra, en torno a ella, se está produciendo un oscurecimiento universal. Sus acontecimientos característicos son: la huida de los dioses, la destrucción de la Tierra, la masificación del hombre, la prevalencia de la mediocridad” (Heidegger, 2001, p. 48-49). También, Marcuse menciona que la humanidad debe conquistar una nueva sociedad porque la sociedad capitalista está produciendo tecnologías bélicas, artefactos vanos y cosas superfluas. “La insistencia en estos valores, en restaurar la Tierra como medio ambiente humano, es no sólo una idea romántica, estética, poética, que concierne solamente a los privilegiados: hoy es cuestión de supervivencia” (Vásquez y Téllez, 2009, p. 563).
Es así, la naturaleza se devasta, las relaciones humanas están en conflicto y que no se identifican consigo mismo; actualmente, el hombre está desbordado por el narcicismo; Freud ya había mencionado sobre “las tres fuentes de que proviene nuestro penar: la hiperpotencia de la naturaleza, la fragilidad de nuestro cuerpo y la insuficiencia de las normas que regulan los vínculos recíprocos entre los hombres en la familia, el Estado y la sociedad” (1992, p. 85); ya que, este mundo globalizado debería tomar otro camino de progreso tecnológico y cultural, si no cambiamos nuestra filosofía antropocéntrica será nuestro fin de la humanidad, es decir, sucumbiremos frente al dios ausente o en silencio. “Sólo un dios puede salvarnos aún. Como única posibilidad nos queda la de preparar en el pensar y en la poesía, una disposición a la aparición de este dios, o a su ausencia en el derrumbe” (Heidegger, 1996, p. 60).
Se muere la naturaleza y lo contribuyeron “la ciencia mecanicista y su cosmovisión, que ha contribuido a alimentar la deconstrucción posmoderna del optimismo y el progreso ilustrado” (Merchant, 1990, p. 20). Por eso, la filosofía ambiental es la subjetividad eco-céntrica que va “lograr nuevas formas de interacción social y de cultura ciudadana, buscando construir una sociedad en la que las relaciones de los seres humanos, entre sí y con el entorno, se establezcan en un plano de responsabilidad, equidad y sustentabilidad” (Garzón, 2015, p. 98).
En fin, los capitalistas destruyen a la naturaleza y al hombre, tienen un humanismo racista y egoísta, sin los millones de condenados y explotados no se habría originado el capital y la plusvalía, puesto que “los amos del mundo no han podido hacerse hombre sino fabricando esclavos y monstruos” (Sartre, 2016, p. 25); porque los latinoamericanos somos la neo-colonia de las potencias mundiales y que solo nos dejan sobrevivir en su infierno del sistema, como seres negados al paraíso capitalista; es así, los neo-colonizados permanecemos con “los bolsones de pobreza y marginalidad del mundo industrializado, la lucha es distinta: se trata de vivir en vez de durar, de tener acceso a los bienes terrenales del hombre, acaparados por minorías del poder y el saber” (Vásquez y Téllez, 2009, p. 563). Por ello, la investigación tiene la finalidad de salvar al hombre y a la naturaleza, para ello, se desarrolló las dos variables: la filosofía ambiental (independiente) y buen vivir (dependiente), la metodología de investigación está mencionada en las siguientes páginas y como también, la discusión de los resultados y la conclusión respectiva.
1. La filosofía ambiental
En el siglo XXI, la humanidad vive una situación de crisis global por la contaminación ambiental y del avance de la ciencia y tecnológica que domina y esclaviza a la naturaleza y al hombre; por ello, los problemas ambientales, producidos por el efecto antrópico, arrastran a la humanidad a un apocalipsis o “El fin” en un futuro muy cercano; ante ello, surge la filosofía ambiental para hacer pensar, reflexionar, criticar, transformar, concientizar a los estudiantes en futuros mitigadores ambientalistas; “la filosofía ambiental revela una crisis civilizatoria más profunda que incumbe a valores, actitudes culturales y pautas económicas a reconsiderar muy seriamente” (Bugallo, 2016, p. 2). Por eso, la filosofía declara “la muerte de la naturaleza” ocasionado por la filosofía antropocéntrica que Descartes centralizó al hombre con su fórmula filosófica: “Yo pienso, luego existo”. La mencionada disciplina pensará sobre los problemas ambientales y del hombre con la subjetividad devastadora de la naturaleza y del hombre. Por ello, la filosofía ambiental es la salvación de la humanidad porque es bio-céntrica y su objetivo de estudio es la naturaleza, el hombre forma parte de ella. Medio ambiente es el “lugar que ocupan los humanos en la naturaleza y el tipo de relación que mantienen con la misma, nos conduce a una dimensión filosófica, ética, la cual se interroga por los límites de la intervención humana en la biosfera” (Sala, 2018, p. 90).
El hombre capitalista nació con la filosofía antropocéntrica y eurocéntrica de René Descartes que especula del yo pienso (metafísica); además, centraliza al hombre para dominar con la ciencia y su técnica a todo lo que existe. Entonces, “yo pienso, luego soy', era tan firme y segura que las más extravagantes suposiciones de los escépticos no son capaces de conmoverla, juzgué que podía recibirla, sin escrúpulo, como el primer principio de la filosofía que andaba buscando” (Descartes, 1978, p. 123-124). Esta filosofía es considerada instrumentalista, antropocéntrica, eurocéntrica, capitalista occidental, la que devasta a los seres vivos como a las plantas, animales y hombres con su tecno-ciencia; es erróneo suponer así: “a) describe la técnica desde el modelo sujeto/objeto, un modelo causal y diacrónico; b) cree que el hombre es el fundamento de la técnica, su arché y su télos, su sujeto, en definitiva” (Escudero, 2020, p. 10). Además, la subjetividad es eurocéntrico y racional que está fundamentado por la filosofía, la epistemología y la metodología para conquistar y devastar al hogar de la humanidad.
La filosofía eurocéntrica es asesina de la naturaleza. El hombre centralizado es el dueño absoluto, el amo y señor de todo lo que existe y no detendrá su afán de conquista y devastará a la naturaleza y al hombre con la ciencia y la técnica. Asimismo, el filósofo Nietzsche aporta a la filosofía eurocéntrica con la “Dios ha muerto” que hace hablar a un provocador o loco en el parágrafo 125 de La gaya ciencia; de ello, se puede interpretar “como una esencial interrelación entre la denominada muerte de Dios y la devastación de la tierra” (Pobierzym, 2013, p. 1); la filosofía nietzscheana le dice al hombre que sí se puede alcanzar a ser Superhombre (Übermensch). También, Foucault asesina, con su filosofía al hombre. “El hombre ha muerto porque es una invención reciente y se acerca su próximo fin” (Foucault, 1968, p. 375). Entonces, el capitalista mata a la naturaleza con su tecno-ciencia, está jugando a ser Dios con la ingeniería genética que conoce y manipula los genes de los seres vivos, está cerca de crear un Frankenstein en los laboratorios. Los amos están dando vida al horror, como Mary Shelley narró en su obra Frankenstein o el Prometeo moderno en (1818): “La gigantesca estatura y su aspecto deformado, más horrendo que nada de lo que existe en la humanidad, me demostraron de inmediato que era el engendro, el repulsivo demonio al que había dotado de vida”; de allí que, la técnica es considerada como una inducción a una creencia y “fomenta la ilusión de que por medio de la técnica el Hombre domina y controla la naturaleza, poniéndola a su servicio impunemente” (Escudero, 2020, p. 10). El hombre se autodestruye con su creación que es la tecno-ciencia.
Por otro lado, es necesario conocer aquellos problemas terroríficos o apocalípticos que el hombre amo originó con su ciencia y su técnica, tales como: las creaciones de las bombas nucleares y la industria de la guerra, la escasez de agua dulce, contaminación con plásticos y la acidificación de los ríos y océanos, contaminación química de suelos, presencia exagerada de los aerosoles en la atmósfera, disminución de la capa de ozono, las muchas extinciones de las especies, el cambio climático y el juego con el ADN. Así como menciona: “La ingeniería genética trasluce la ilusión de un mundo artificial, producido según la medida del 'hombre', sobre el arruinado mundo natural” (Pobierzym, 2008, p. 91). Los humanos viven en la etapa de la segunda muerte de la naturaleza, la primera, se dio en la etapa neolítica. Ante ello, es necesario sugerir, a los hombres ambientalistas, el desarrollo de la subjetividad de la filosofía ambiental, a fin de mitigar la devastación y depredación de la Tierra.
También, la naturaleza es conceptuada como otro e independiente de la sociedad humana que ya ha cesado en nuestra época. La naturaleza morirá por “la nueva contaminación global, al bióxido de carbono, a los CFC (cloro-fluoro-carbonos de algunos gases propelentes). Al reconocido peligro nuclear de posguerra se agregó desde los años setenta del siglo XX el de la bomba ecológica” (Bugallo et al., 2017, p. 40).
Es así que, ante la crisis ambiental global, surge la filosofía ambiental como un “nuevo paradigma para pensar el mundo contemporáneo, en especial en el momento en que nuestra especie se encuentra –desde una perspectiva global- en situación de translimitación ecológica, o como da en llamarse, estamos en la era del Antropoceno” (Bugallo et al., 2017, p. 37). De allí, la misión de la filosofía ambiental en contra de la devastación del planeta, y aquí se expone aquellos efectos que provocó el hombre eurocéntrico con su subjetividad.
Ante esta problemática, el filósofo noruego Arne Naess teorizó y fundamentó la filosofía eco-céntrico, el cual manifiesta que, si no cambiamos nuestro modo de vida, la sostenibilidad será a corto plazo; por ende, la necesidad de una indignación, la concientización y crítica filosófica para contrarrestar los problemas ambientales con la subjetividad eco-céntrica; por eso, urge la filosofía ambiental para ir más allá de nuestra posición ambientalista “a fin de profundizar en el ejercicio de una actitud crítica que permita repensar la posición como individuos y como sociedad respecto de la diversidad biocultural, su cuidado y sostenimiento a largo plazo” (Bugallo et al., 2017, p. 35).
Hoy, es necesaria la filosofía ambiental que fomente en los hombres la búsqueda de la autorrealización y la autonomía de la naturaleza para que la vida sea dignificada. La acción de la humanidad es dignificar toda vida y la subjetividad bio-céntrica o eco-céntrica es la alternativa; es decir, los hombres conscientes críticos contra la devastación de toda vida, deben transformarse en ambientalistas comprometidos en respeto y protección de la naturaleza; para ello, la técnica debe estar al servicio del hombre eco-céntrico que con su paradigma al cuidado de la vida, es decir, “en el que la depredación ilimitada del 'sujeto racional' y su 'razón instrumental' ceda el paso a una técnica y un habitar sostenidos en el cuidado y la mesura” (Escudero, 2020, p. 13).
2. Pensar la muerte de la naturaleza
La filosofía ambiental piensa la muerte de la naturaleza para solucionar las crisis ambientales que el efecto antrópico generó. Entonces, ¿Qué es la filosofía? se interrogan Deleuze y Guattari, quienes responden: “la filosofía es el arte de formar, de inventar, de fabricar conceptos” (1997, p. 8); también, puede ser el descubrir de nuevos problemas. Más adelante, los mismos filósofos mencionan: “La filosofía, con mayor rigor, es la disciplina que consiste en crear conceptos”, contundentemente debemos confiar y desconfiar de todos los conceptos, así como lo dicen los mismos: “el filósofo es de los conceptos mientras no los haya creado él mismo” (1997, p. 11).
La filosofía occidental siempre asesina y asesinará a lo sagrado; por eso, mató a Dios con Nietzsche, mató al Hombre con Foucault y hoy matan a la naturaleza, siendo su fundamento la subjetividad del antropocentrismo: el señor, dueño y amo de toda la totalidad de lo real. Las tres muertes siguen la una a la otra. “Simplemente partiremos de este supuesto: la 'muerte de Dios' conlleva a la 'muerte del hombre' y ésta a la 'muerte de la naturaleza” (Pobierzym, 2008, p. 84).
Por ello, la filosofía ambiental tiene tres dimensiones: “la ecología profunda, la ecología social y la ecofeminismo son algunos de las propuestas que nos muestran la urgencia por encarar, desde un saber no convencional, la actual crisis ambiental” (Pobierzym, 2008, p. 92). La filosofía ambiental es la subjetividad eco-céntrica que tiene una visión holista que contribuye al bienestar personal para enaltecer su propio ser de la naturaleza y cuyo propósito es dignificar y luchar en defensa de la naturaleza.
Por tanto, las tres dimensiones mencionan las raíces de la crisis medioambiental; “la ecofeminismo lucha subjetivamente contra el andrógeno machista de la filosofía antropocéntrica; mientras, la ecología social batalla en contra de la opresión y la jerarquía social; en tanto que, la ecología profunda alude a la subjetividad antropocéntrica o eurocéntrica” (García, 2005, p. 170). En fin, la filosofía ambiental es eco-céntrica que nació para pensar y buscar las alternativas de solución contra los problemas ambientales que causó el hombre moderno o contemporáneo.
3. El buen vivir y sus dimensiones
El buen vivir andina significa la vida plena, la convivencia de una sociedad pacífica; es la vida ideal de la sociedad magnífica o aproximarse a ella. La palabra 'buen' personifica al superior, a la plenitud, al hermoso, etc. Y 'vivir' significa la vida misma o es el ser estando y que está en constante cambio y es así que: “El buen vivir sería la vida en plenitud. La vida en excelencia material y espiritual. La magnificencia y lo sublime se expresa en la armonía, en el equilibrio interno y externo de una comunidad” (Macas, 2010, p. 14).
Por eso, el buen vivir es la estrategia que los estudiantes puedan alcanzar a lo superior viviendo o practicando una vida armónica. Entonces, el buen vivir es la concepción armónica de los pueblos indígenas, propio del continente Abya Yala, hoy llamado América, tiene su concepción ancestral de la vida que significa la Gran Madre o como dice: “Abya Yala significa nacimiento de un territorio o continente donde viven los pueblos indígenas, aunque también se traduce como tierra viva, tierra en plena madurez, tierra madura o tierra de sangre vital” (Coral, 2019, p. 41).
El buen vivir es una alternativa para vivir armónicamente con todos los seres vivos (plantas, animales y humanos); esa manera de vivir y concebir al mundo es propia de las poblaciones ancestrales que han sido “desterradas o regiones destronadas por el imperio que, a medida que pasan los años y los efectos y defectos contraproducentes del modelo de desarrollo regido por los poderosos y una fracción hegemónica depredatoria se hacen notables” (Canaza, 2021, p. 87).
Asimismo, la humanidad busca una concepción armoniosa que la encontró en el 'buen vivir' que “sintetiza una oportunidad para construir otra sociedad basada en la coexistencia del ser humano, en diversidad y armonía con la naturaleza, basada en el reconocimiento de los diversos valores culturales existentes en cada país y en el mundo” (Coral, 2019, p. 56); también, la alternativa de desarrollo es la vida armoniosa que nos muestra el buen vivir.
Existe otros conceptos del buen vivir en otros pueblos originarios como de los amazónicos Kichwa y de la andina aymara, y estos términos se relacionan con saberes ancestrales y que “ambos pueden entenderse como 'vida plena' o 'vida en plenitud', y describen un conjunto de relaciones que expresan una forma de vida limpia y plena entre los seres humanos y la naturaleza, equivalente a un todo armónico y equilibrado” (Vásquez et al., 2017, pp. 121–122).
Asimismo, la práctica de una vida plena se inicia con la armonía interna o armonía consigo mismo, la armonía con la sociedad y con la armonía de la naturaleza y así se podrá alcanzar a una vida plena o al buen vivir. Las tres dimensiones del buen vivir son importantes, aunque lo esencial es pues “la armonía con la naturaleza pretende afianzar el sentido de interdependencia con todos los seres vivos, no únicamente con los humanos, además de la promulgación de la sustentabilidad ambiental y el biocentrismo” (Chamorro et al., 2021, p. 10). Entonces, cada una de las corrientes muestran su dimensión. “Se puede definir como la vida en plenitud que conjuga la armonía interna de las personas, la armonía social con la comunidad y entre comunidades y la armonía con la naturaleza” (León, 2015, p. 38).
La armonía consigo mismo refiere que cada persona convive consigo mismo y hay un campo de batalla en su mundo interior, por eso debe saber convivir y armonizar con los demonios que lleva dentro de sí cada persona. El buen vivir manifiesta que “el indígena (runa) necesita tener fortaleza interior (sámai), conducta equilibrada (sasi), sabiduría (yachai), capacidad de comprensión (ricsima), visión de futuro (muskui), perseverancia (ushai) y compasión (llakina)” (Hidalgo et al., 2014, p. 38). Asimismo, estar bien consigo mismo se asocian “aproximadamente con los conceptos de salud física (fortaleza interior), salud mental (conducta equilibrada), educación y conocimiento (sabiduría, capacidad de comprensión), eudaimonía (visión de futuro, perseverancia) y sentimientos o emociones (compasión)” (León, 2015, p. 39).
En tanto que, la armonía con la sociedad manifiesta que cada persona vive en y dentro de la sociedad. El hombre es un ser social, por eso es necesario convivir de manera equilibrada con nuestro prójimo. Por eso, la convivencia de manera armónica dentro de la comunidad es fundamental porque el hombre es un ser social, “pues en ella se materializan las diferentes formas de solidaridad y de respeto a la naturaleza que permiten la consecución y el mantenimiento del buen vivir” (León, 2015, p. 39).
Asimismo, la armonía con la naturaleza refiere que la relación de los hombres con la naturaleza es primordial, ya que toda vida surge de ella y somos de toda la naturaleza. Debe haber un equilibrio de la naturaleza con la sociedad porque el efecto producido por los hombres ha causado la crisis medioambiental. Con el buen vivir el hombre piensa y actúa respetando a toda vida o sacralizando al misterio de la vida y la naturaleza, así como lo dice León citando a Hidalgo et al: “Un componente importante del buen vivir es la espiritualidad y lo sagrado. En efecto, la Pacha Mama o Madre Tierra es considerada sagrada y como el espíritu de la naturaleza o del universo” (2015, p. 40).
4. Buen vivir y sus tres corrientes
Existen tres corrientes de buen vivir, cada una de ellas prioriza sus dimensiones según los conceptos trabajados. Ahí está la corriente indigenista considera que la plenitud de cada persona es lo esencial. Es más, “el Sumak Kawsay, debe ser una doctrina de vida construida en las bases culturales de los pueblos indígenas que integran elementos espirituales y se apropian del conocimiento de su cultura” (Moreno et al., 2019, p. 12). Por eso, lo primordial es recuperar la identidad ancestral; luego, en el segundo plano, está la equidad y sostenibilidad. Asimismo, la corriente socialista y estatista del buen vivir conciben al mundo con el pensamiento neomarxista que tiene una propuesta racional de transformación social para mejorar la equidad en la sociedad y la armonía en la naturaleza; nos muestran su ideal de la sociedad con equidad económica y manifiestan que aspiran erradicar la pobreza con el poder político redistributiva. Los que defienden el buen vivir socialista “aspiran a construir, tras controlar el Estado, un biosocialismo republicano o bioigualitarismo ciudadano, o un socialismo comunitario, como un nuevo sistema socioeconómico posneoliberal y poscapitalista” (Cubillo y Hidalgo, 2019, p. 198). Por último, los pensadores ecologista y pos-desarrollista, Cubillo y Hidalgo, citando a Gudynas y Acosta, afirman que: “proponen la creación de procesos locales de participación social, por medio de los cuales cada comunidad defina su propio buen vivir, o buen convivir, poniendo la sostenibilidad ambiental como requisito imprescindible para la construcción participativa de dichos buenos (con)vivires” (2019, p. 200). Los ecologistas del buen vivir, contundentemente, aspiran a la reconstrucción de buenas convivencias para una sostenibilidad ambiental, porque conciben la centralidad y dignifican la vida de todos los seres vivos (bio-centrismo) contradiciendo al antropocentrismo.
Entonces, la formación profesional y futura transformación del estudiante universitario que ejerce su profesión conlleva a que dichos profesionales busquen la solución de los problemas globales que aquejan a toda vida; por ende, cada universitario debe buscar una solución desde la ética y su concepción de la filosofía ambiental para contrarrestar los problemas ambientales; por eso, es necesario influenciarlo con las subjetividades eco-céntricas que puedan superar la concepción del desarrollo capitalista occidental. En un mundo globalizado y cambiante el estudiante universitario debe ser educado con la pedagogía del buen vivir para que armonice su mundo interior, con la sociedad y la naturaleza, y “que permitan brindarles soluciones a los problemas del contexto, así como que puedan plantear problemas que den espacio para la sensibilidad, la creatividad, el emprendimiento, la alegría, así como el acercamiento a la naturaleza, a su disfrute y su protección. (Rodríguez et al., 2021, p. 9)
Metodología
La presente “investigación es cuantitativa porque es secuencial y probatorio” (Hernández et al., 2014, p. 4-5). Asimismo, Quispe lo denomina paradigma cuantitativo, legitimado por “la corriente filosófica de positivismo y neopositivismo contemporáneo” (2012, p. 40). Por ello, el nivel o alcance de la investigación es explicativa. “Este nivel de investigación busca comprobar la hipótesis a través del experimento. Esta consiste en manipular la variable independiente para observar el efecto que produce en la variable dependiente” (Quispe, 2012, p. 44). Asimismo, el diseño es plan o estrategia para extraer la información científica; es así que, la investigación sigue el diseño pre-experimental, este se llama así porque su grado de control es mínimo. Además, se tendrá un solo grupo con pre y pos-prueba. “El término diseño se refiere al plan o estrategia concebida para obtener la información que se desea con el fin de responder al planteamiento del problema” (Hernández et al., 2014, p. 128).
El método de la investigación es la inducción y deducción. “La deducción y la inducción se complementan en el proceso de conocimiento científico. A partir del estudio de numerosos casos particulares se puede llegar a determinar la generalización de estos” (Quispe, 2012, p. 102); también, el hipotético deductivo “reside en un modo que parte de unas premisas en calidad de hipótesis y busca refutar o falsear tales suposiciones, deduciendo de ellas conclusiones que deben confrontarse con los hechos” (Quispe, 2012, p. 102); por último, el experimento pedagógico que “se realiza cuando se pretende realizar cambios de manera intencional en un objeto de estudio para analizar los efectos que producen y compararlos con la hipótesis experimental formulada, cuya validez se desea comprobar para generar nuevos conocimientos científicos” (Quispe, 2012, p. 103).
La población “es la determinación del conjunto total de elementos, sujetos y objetos a los que se refiere la investigación y deben estar muy bien delimitadas teniendo en cuenta las características, lugar y tiempo” (Quispe, 2012, p. 111). Asimismo, Hernández et al., menciona que “una población o universo es el conjunto de todos los casos que concuerdan con una serie de especificaciones” (2014, p. 174). Por otro lado, la muestra “es un subgrupo de la población de interés sobre el cual se recolectarán datos, y que tiene que definirse y delimitarse de antemano con precisión, además de que debe ser representativo de la población” (Hernández et al., 2014, p. 173); también, “la muestra, en esencia, es un subgrupo de la población. Digamos que es un subconjunto de elementos que pertenecen a ese conjunto definido en sus características al que llamamos población” (Hernández et al., 2014, p. 175).
También, la técnica de muestreo que se optó en la investigación es la muestra no probabilística que se manifiesta cuando “la elección de los elementos no depende de la probabilidad, sino de causas relacionadas con las características de la investigación o los propósitos del investigador” (Hernández et al., 2014, p. 176); el muestreo es no aleatorio porque ya hay grupos establecidos por la universidad, además es intencional porque el investigador va determinar el grupo experimental.
En la investigación educacional, según Quispe, se entiende como “el conjunto de procedimientos operativos que permiten recoger de manera eficiente la información necesaria en una muestra determinada, con economía de tiempo y esfuerzo. Estas se eligen de acuerdo al tipo, hipótesis y diseño de investigación” (2012, p. 113). Asimismo, se puede complementar que existen diversas herramientas, procedimientos y estrategias que guían al investigador; por ejemplo: Experimento, prueba de rendimiento, observación, escalas y entrevista.
La técnica es la escala para medir actitudes, así Hernández, et al., menciona: “Una actitud es una predisposición aprendida para responder coherentemen-te de una manera favorable o desfavorable ante un objeto, ser vivo, actividad, concepto, persona o símbolo” (Hernández et al., 2014, p. 237); luego, afirma que: “Los métodos más conocidos para medir por escalas las variables que constituyen actitudes son: el método de escalamiento de Likert, el diferencial semántico y la escala de Guttman” (Hernández et al., 2014, p. 238).
El instrumento que se escogió para la investigación es la escala de Likert, acerca del cual Quispe manifiesta que “vienen a ser los medios o recursos elaborados o elegidos por el investigador y se aplican para recopilar la información en la muestra; estas se elaboran de acuerdo a los indicadores establecidos en la operacionalización de las variables” (2012, p. 113).
En fin, para la recolección de datos se consideró la técnica de escala y el instrumento es el escalamiento de Likert, que inicialmente tuvo 70 ítems; luego, con validación, confiabilidad y la matriz rotada salió un cuestionario de 61 ítems validados.
Resultados
A nivel Inferencial
1. Prueba de hipótesis para la hipótesis general
Tabla 1
Diferencias relacionadas de pre y pos-prueba de la hipótesis general
Nota. Los resultados alcanzados, con la prueba estadística de t-Student, a un valor de -6.030 y un p-value de 0.000 < 0.05; por lo tanto, la filosofía ambiental si influyó significativamente en el buen vivir de los estudiantes universitarios.
2. Prueba de hipótesis específica: Dimensión armonía consigo mismo
Tabla 2
Diferencias relacionadas de dimensión armonía consigo mismo
Nota. Los resultados que nos arrojó la prueba t-Student es el valor de -3.580 y un p-value de 0.002 < 0.05; por lo tanto, la filosofía ambiental influyó significativamente en la armonía consigo mismo de los estudiantes universitarios.
3. Prueba de hipótesis específica: Dimensión armonía con la sociedad
Tabla 3
Diferencias relacionadas de dimensión armonía con la sociedad
Nota. Los resultados de la prueba t-Student es el valor de -6.826 y un p-value de 0.000 < 0.05; por lo tanto, la filosofía ambiental influyó significativamente en la armonía con la sociedad de los estudiantes universitarios.
4. Prueba de hipótesis específico: armonía con la naturaleza
Tabla 4
Diferencias relacionadas de dimensión armonía con la naturaleza
Nota. Los resultados de la prueba t-Student que se alcanzó es a un valor de -3.650 y un p-value de 0.001 < 0.05; por lo tanto, la filosofía ambiental influyó significativamente en la armonía con la naturaleza de los estudiantes universitarios.
Discusión
La humanidad aún vive en la prehistoria porque no sabe convivir con la naturaleza, pues no hay luces de civilización ni humanidad en el hombre contemporáneo, ya que, “el mundo de la persona es el habitáculo de los valores, el taller de la civilización. Y civilización es, aquello que nos aleja más y más de la animalidad” (Vásquez y Téllez, 2009, p. 563); es así que, la tarea de la filosofía ambiental es crear hombres con subjetividad bio-céntrica, que la naturaleza se autorrealice y que toda vida sea sagrada y digna para el civilizado ambientalista.
Por ello, la influencia de la filosofía ambiental se dio en plena pandemia afectada por el Covid-19 que toda la humanidad luchó para contrarrestar el mencionado virus; por eso, es necesario reconocer lo que UNESCO en 2020 estimó a nivel mundial “al menos 1 184126 508 de estudiantes se han visto afectados directamente en su proceso de aprendizaje, pero, además, se ven perjudicados sus familiares, docentes y administrativos, y conlleva a efectos negativos en la economía de las naciones” (Rosero et al., 2021, p. 134). Los universitarios son los más conscientes y críticos sobre las crisis ambientales que padece la humanidad, además, ellos son los que pueden poner freno al desarrollismo o progreso capitalista que devasta a la naturaleza y a los hombres.
La investigación tuvo como objetivo determinar la filosofía ambiental para mejorar el buen vivir en los estudiantes universitarios, sabiendo que las relaciones humanas en el mundo de hoy es paupérrima, como con la naturaleza y consigo mismo. Sobre todo, se pretendió que los estudiantes tengan la capacidad de ser ambientalistas o bio-céntricos para que protejan y dignifiquen la vida de las plantas, animales y hombres, ya que un estudiante peruano heredero de una cultura incaica debe buscar las verdades en su cultura milenaria, pues la civilización incaica practicó el buen vivir para solucionar los problemas de la naturaleza, sociedad y personal; “el imperio incaico, de acuerdo a Garcilaso, fue capaz de alimentar a varios millones de personas sin que sufrieran hambre” (García, 2021, p. 300). Los peruanos culturalmente llevan una de las civilizaciones más grandes de la humanidad, los incas fueron ambientalista y panteístas, es posible que el inicio de los incas esté sobre nosotros. “Ella puede mantenerse y reproducirse liberando sus potencialidades fascistas y racistas, o sea, la devastación de la naturaleza, de la humanidad y de la cultura” (Friggeri, 2021, p. 101).
Mientras, la filosofía europea es antropocen-trismo y capitalista; es más, la modernidad nació centralizando al hombre con Descartes, asesinando a Dios con Nietzsche, matando al Hombre con Foucault y hoy, el hombre centralizado devasta a la Naturaleza. Ante ello, el universitario peruano es más solidario porque aún práctica la cosmovisión andina y “la ideología del buen vivir, que su traducción original se encuentra en quechua como el sumaq qamaña, para de esa manera promover una vida digna y una armonía debidamente equilibrada” (Solís y Seminario, 2021, p. 133).
Por eso, es necesario superar la subjetividad antropocéntrica con la filosofía ambiental para transformar a la futura generación en eco-céntrica, con el propósito de que sepan cumplir con el mandamiento de la naturaleza que es el respeto a toda vida que es sagrada y se debe dignificar sin nihilizar la ciencia y su técnica y, por qué no decir, la ciencia y su técnica deberán estar al servicio de la naturaleza. Por lo tanto, es evidente que se reporte la incidencia de una filosofía ambiental a toda la muestra.
Por otro lado, de estos datos recogidos de la muestra, en las dieciocho sesiones para desarrollar la influencia de la filosofía ambiental para el buen vivir, se puede concluir que, de los 28 estudiantes matriculados, solo terminaron 25, pues se retiraron de la asignatura, sin justificación alguna, tres estudiantes. Por otro lado, según el género de su participación tuvimos 9 mujeres con un porcentaje de 36% y 16 varones que representan el 64%; de allí, los estudiantes provenientes de la zona rural son 12 con un 48% y los que viven en la zona urbana 13 con un 52%. Asimismo, los estudiantes encuestados manifiestan ser egresados de institución educativa pública en un total de 18, siendo el 72%; mientras, 7 son de instituciones privadas representando el 28%. Por último, los estudiantes que tienen la concepción del mundo materialista son 13 con un porcentaje de 52% e idealista 12 con un porcentaje de 48%. Por tanto, podemos mencionar que los universitarios son conscientes de su conciencia social, natural y personal; además, los universitarios se identifican con sus orígenes andinos, más bien, revaloran o traen al presente los saberes ancestrales y costumbres de sus pueblos porque el “buen vivir los hace partícipes de todos los recursos y oportunidades educativas que puede darte la universidad, ... Es necesario que se siga valorando y continuando con sus tradiciones sin que esto involucre discriminación dentro de la universidad” (Solís y Seminario, 2021, p. 133). Asimismo, se discute en detalle de cada una de las hipótesis convergentes y divergentes reportadas en la revisión de arte con los datos obtenidos. También, se analiza y se sintetiza las posibles explicaciones de los hallazgos de esta investigación.
Del análisis de los resultados de este estudio se puede afirmar que hubo incidencia de la filosofía ambiental para el buen vivir de los estudiantes, a pesar de que las clases fueron virtuales y algunos estudiantes tienen una línea de internet de baja conectividad.
Por eso, en la hipótesis general el resultado es que, si hay diferencia significativa entre las medias obtenidas en la pre-prueba y la pos-prueba a nivel de variable; por eso, la filosofía ambiental si influyó significativamente para el buen vivir en los estudiantes universitarios. Se sensibilizó, concientizó críticamente y se hizo reflexionar con la filosofía ambiental que está fundamentada en el existencialismo y humanismo que fomentan la subjetividad eco-céntrica. Es decir, la sensibilización se hizo con las escenas de la película, lecturas para una conciencia crítica que cambió la mirada acerca de la naturaleza, a la cual se humilla y depreda; además, según el resultado, los estudiantes viven o practican una actitud del buen vivir que respeta y dignifica a toda vida que existe, cooperativamente, en el mundo que nos rodea.
La filosofía ambiental influyó significativamente para la armonía con uno mismo en los estudiantes universitarios, pues el resultado estadístico es el valor de -3.580 y un p-value de 0.002 < 0.05, es decir, los universitarios aún conservan los principios de la cosmovisión y la practican el buen vivir andino, porque los estudiantes son originarios de la región de Ayacucho. El buen vivir según la corriente indigenista o autóctona es que el hombre primeramente debe estar bien consigo mismo para luego interrelacionarse armónicamente con la sociedad y con la naturaleza. No obstante, la ecología profunda, eco-feminista y ecología social es la superación de la subjetividad de la filosofía occidental, centralizada para la dominación y explotación de la naturaleza y de los hombres por el capital de los amos. Es así que, los estudiantes viven armónicamente consigo mismo, sabiendo que cada persona está determinada por los condicionamientos como el poder, inconsciente, el lenguaje, estructuras, simbologías, etc. Es libre y por eso es responsable de sus propios actos; puede vivir bien consigo mismo amando su libertad y respetando la vida de otro ser. Por tanto, los universitarios son moralistas y ambientalistas porque aún conservan los valores del buen vivir andino; los universitarios saben estar bien consigo mismos porque su salud mental y física están en su apogeo del desarrollo humano. Es así que, los universitarios solo pueden “superar su capitalismo emocional que significa aprender a mirar de manera transdisciplinar a la naturaleza, entendiendo que su creatividad puede bioinspirarnos para crear, adaptar y modelar futuros más resilientes” (Collado et al., 2020, p. 129). Entonces, los estudiantes han cambiado su concepción sobre el desarrollo sostenible, el sentido común de los dueños del mundo ha interpretado que la humanidad avanza hacia el progreso y civilización.
Además, la filosofía ambiental influyó significati-vamente para la armonía con la sociedad en los estudiantes universitarios, pues el resultado estadístico es el valor de -6.826 y un p-value de 0.000 < 0.05; ya que, el estudiante confía y cuida la vida de su prójimo para una mejor convivencia a pesar que es difícil de convivir con el otro, sabe respetar sus opiniones y concepciones porque son conscientes de que nadie tiene la verdad absoluta. Los problemas filosóficos le angustian a todo ser humano porque solo el hombre sabe que va morir y eso lo angustia. Asimismo, comprendió que cada ser humano es muy complejo e imperfecto. Por ello, existe la solidaridad y el cooperativismo en los universitarios porque se consideran originarios de la cultura incaica, ya que se identifican con los tres principios sagrados: ama llulla, ama suwa y ama qilla (no mentirás, no robarás, no serás ocioso). Por eso, el gran reto de los universitarios ambientalistas es la construcción de una sociedad equitativa y cooperativa porque la corriente socialista prioriza la armonía con la sociedad, luego está la armonía con la naturaleza y consigo mismo. Entonces, los universitarios saben reconocerse en el otro y son conscientes de la construcción de la sociedad equitativa y cooperativa; pues, cuentan con un concepto de “vivir juntos porque como individuo reconozco el Buen Vivir de todos —incluidos otros seres vivos y también a las generaciones futuras— como parte de mi calidad de vida” (Ramírez, 2019, p. 44).
Asimismo, la filosofía ambiental influyó significativamente para la armonía con la naturaleza de los estudiantes universitarios, pues la estadística arrojó un valor de -3.650 y un p-value de 0.001 < 0.05. Los estudiantes son influenciados para ser conscientes críticamente contra el pensamiento filosófico antropocéntrico que está depredando y jugando a ser Dios con la ciencia y su técnica; por eso, es necesario cuidar la naturaleza porque el hombre depende de ella. Entonces, los universitarios son conscientes críticos de la contaminación y la destrucción del territorio porque afirman que no es un camino hacia la vida plena, pues solo creen en el agua y no en el oro, porque la minería devasta a los animales silvestres, se contaminan el suelo de la agricultura, a los ríos de peces.
En fin, la filosofía ambiental es humanista y bio-céntrica, y es una alternativa de solución contra la dominación y explotación de la naturaleza y del hombre; pues, pensar y reflexionar sobre la muerte de la naturaleza es salvar el único hogar de la humanidad, ¿dejamos morir o salvamos a la naturaleza que formamos parte de ella? El amo con su filosofía antropocéntrica destruirá todo lo que existe, solo les importa el capital y los Bancos; en cambio, la naturaleza es considerada como mercancía; es más, la Amazonía, el pulmón del mundo, será devastada solo es cuestión de tiempo, el desierto crece y nadie lo detendrá, es visible el apocalipsis, así nos alertó Nietzsche.
Conclusión
La aplicación de la filosofía ambiental es para mejorar el buen vivir de los estudiantes universitarios; es decir, que tengan una cualidad de una buena convivencia armónica con la naturaleza, sociedad y consigo mismo; porque existe la crisis ambiental y la humanidad está en peligro de muerte; por ello, hay la necesidad de mitigar los problemas ambientales y sociales. Es así que, se construyó una filosofía ambiental que supera la subjetividad antropocéntrica que devasta la naturaleza, por lo que es necesario que los estudiantes del siglo XXI tengan una subjetividad eco o bio-céntrica. Por lo tanto, con la investigación se llegó a las siguientes conclusiones:
Fuente de financiamiento
La investigación fue autofinanciado.
Conflicto de Interés
No existen conflictos de intereses.
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